Entrevista a Silvio Rodríguez
«REVISTA LA BICICLETA (CHILE) NUMERO 51 DEL 3 DE JULIO 1984
SILVIO RODRÍGUEZ:
LA CULPA SERÁ DE ESTADOS UNIDOS.
POR ALVARO GODOY
¿Quién es Silvio Rodríguez?
Un hombre, un cantor, pero en gira es sobre todo la imagen internacional de la revolución cubana.
Por supuesto, todo lo que diga, puede ser usado en contra de Cuba, en cada país al que llega hay buitres esperando algún desliz de disidencia, leyendo entre líneas, interpretando a su amaño sus canciones. Silvio ya no se representa sólo a sí mismo, como cuando empieza a componer; ahora tiene renombre internacional y, quiéralo o no, esta hablando por su país.
Con esta presión encima resulta difícil soltarse. Silvio era entrevistado y lector al mismo tiempo, y cuando veía que una declaración suya podía mal interpretarse, se corregía de inmediato. Quizás por esto su discurso me pareció demasiado perfecto, coherente y lógico, sin la ambigüedad, la duda y el cuestionamiento que veo en sus canciones.
Conversando con él me di cuenta que toda entrevista a un famoso tiene su límite, sin importar lo que dure y lo que pregunte. Mientras exista una imagen que guardar, sea artística, publicitaria o política, el muro aparece.
¿DISIDENTE O CONTRARREVOLUCIONARIO?
-¿Cuba es tolerante con los disidentes?
-Una cosa es ser disidente y otra ser contrarrevolucionario.
-¿Dónde esta el limite y quien lo determina?
-El disidente disiente de algunos aspectos y el contrarrevolucionario es el que en esencia niega la revolución y la combate.
-En la conferencia de prensa dijiste que podía haber cubanos en desacuerdo con el régimen, pero podían aparentar lo contrario. ¿Qué pasa cuando alguien quiere criticar, sea a través del arte o la política? ¿Hay cabida en Cuba para esto, existen medios para hacerlo si todos son estatales?
-Esto es algo que se practica en Cuba cotidianamente, incluso hasta en los niveles más altos, en la Asamblea General del Poder Popular, son discusiones realmente... nunca antagónicas, porque son entre revolucionarios. Hay gente que disiente del criterio de otros.
-Pero Silvio, ¿Qué pasa si alguien está en desacuerdo en un punto crucial que está siendo impulsado oficialmente?.
-Bueno, eso crucial es lo que separa al disidente de un contrarrevolucionario.
-Me refiero a alguien que esté por un cambio, pero que crea que el método es otro... Que la economía debería ir por otro lado, por ejemplo.
-Pues mira, en Cuba han existido muchos criterios económicos. Cuando el Che era ministro de industria, puso en práctica criterios económicos muy polémicos y hubo mucha gente en desacuerdo, y no por eso empezaron a hacer contrarrevolución y no por eso la revolución los metió presos.
-¿Y los artistas pueden expresar su disidencia, tienen medios para hacerlo?
-Pues tienen su arte. Un ejemplo, hay un grupo de teatro humorístico que dirige un cantor, Virulo, que hace un humor muy crítico, pero muy crítico, muy irónico con muchos aspectos de nuestra vida. Yo mismo, sin ir más lejos, le voy a poner la música a una película ahora en Septiembre, que plantea críticas a actitudes negativas de algunos directores de escuela.
-Y es financiada estatalmente...
-¡Coño, totalmente! en Cuba todo lo financia el estado, justamente porque la alta dirigencia es la más consciente de que cambiar un modo de producción no es cambiar la mentalidad de la gente, de que la crítica en el seno del pueblo y las contradicciones que salen a flote son un factor de desarrollo porque enfrentan a los seres humanos con su problemas. El tipo más crítico de la revolución es Fidel.
EL TEMA DE LA BOMBA: ¡UNA BOMBA!
-¿Qué opinas de la carrera atómica? ¿Compartes la idea de seguir fabricando e instalando misiles por parte de Estados Unidos y la Unión Soviética, viendo la miseria del mundo?
-Es terrible ver que se invierte tanto dinero y tanta inteligencia humana en funciones destructivas.
-¿Qué pasa cuando son países socialistas los que hacen eso?
-Lo hacen porque se tienen que defender.
-¿Qué cosa tan terrible pasaría si dejaran de hacerlo? ¿Algo más terrible que una bomba atómica?
-Creo que se atrasaría muchísimo. En todo caso, los países socialistas han hecho un compromiso mundial de no ser los primeros en usar la bomba atómica.
-Pero sabemos que eso está fuera de control...
-¡Fuera de control los misiles! ¡Coño, están super controlados!
-¿En Estados Unidos, por problemas técnicos, se han producido alarmas y han creído que los soviéticos estaban atacando, y estuvieron dispuestos a lanzar la bomba. A la Unión Soviética le puede pasar lo mismo...
-Hasta ahora no les ha pasado...
-Pero les puede pasar y estamos sobre un arsenal...
-No, no, pero hasta ahora no les ha pasado, hablemos de la realidad. Ha pasado en Estados Unidos y varias veces, porque en un país tan caótico como ése puede pasar cualquier cosa, no jodas.
-Pero aunque le llegara a pasar sólo a Estados Unidos; se lanza la bomba, los Soviéticos responden y se acaba el mundo.
-Pero eso va ha ser culpa de los Estados Unidos y no de la Unión Soviética.
-Entonces no van ha importar las culpas...
-Yo creo que sí van a importar, si yo te doy un trompón ahora a ti...
-Pero con eso no nos morimos...
-Pero tú, ¿no te sientes en el derecho de devolvérmelo?
-Con el derecho sí, pero no lo haría.
-Bueno, coño, si tú me lo das a mí, yo te lo devuelvo (risas).
-Es una metáfora, ¿no?, pero si yo sé que devolviéndotelo voy a acabar contigo y conmigo al mismo tiempo, como pasaría en la guerra atómica, no lo haría.
-El imperialismo norteamericano tiene una gran cantidad de oídos, no sólo con los países socialistas, sino contra todo el tercer mundo que se les está yendo de las manos. Si ellos desatan una guerra nuclear, van a ser ellos los que la desataron.
-¡Pero eso es responsabilidad de todos nosotros, porque es el planeta el que está en juego! Quizás la fórmula sea dejar de hacer bombas; ¿qué puede ser más grave que la destrucción de la tierra? Que Estados Unidos se apodere de Unión Soviética, de Cuba, de...
-Esa es la filosofía del chantaje que usan ellos.
-Y parece que se les sigue el juego.
-No, yo creo que ahí algo más legítimo que la vida, que es la dignidad del hombre, yo quiero paz pero con dignidad, no quiero vivir de rodillas.
-Eso depende nada más que de uno, si lucho sin violencia no estoy de rodillas. Si Estados Unidos llegara a invadir la Unión Soviética o Cuba, todos sabemos que el pueblo no se quedaría de rodillas, ustedes mismos hablaban de los procesos irreversibles, ¿no?.
-Mira los vietnamitas. Renunciaron muy altruistamente a la ayuda Soviética, porque no querían crear un conflicto mundial. Me parece muy indigno que el campo socialista, los millones y millones de seres humanos que viven allí, se dejaran arrasar por bombas atómicas. Esa vida después del sacrificio de todos esos millones yo no querría vivir.
-Eso no sería el objetivo de Estados Unidos, cómo podría interesarle conquistar un país desolado y una tierra arrasada.
-A ellos no les interesa adueñarse de los países, porque de esos países no han vivido, sino del tercer mundo. El imperialismo ha crecido nutriéndose de la explotación de los países de Asia, de África, de América Latina.
-Pero los pueblos del tercer mundo no necesitan bombas atómicas para levantarse contra esa explotación.
-Bueno, eso piensan los países socialistas, por eso han hecho el compromiso de no tirar la bomba atómica. Creo que eso hay que analizarlo con profundidad.
¿QUE SIGNIFICAN?
-Algunas canciones enigmáticas: «Generaciones».
-Es una de mis primeras canciones, no me acuerdo muy bien, pero es un poco de misterio de una y otra generación -el pájaro es el misterio, ¿no?- y que en definitiva no hay generaciones, el hombre está enfrentado a lo mismo tenga la edad que tenga.
-«Blanco».
-¿Ustedes tienen esa canción? ¿La tienen grabada? ¿Por quién?
-Por ti.
-¡Por mí! Tú sabes que yo no tengo una grabación de esa canción, he tratado de buscar en Cuba una grabación de esa canción y nadie la tiene. ¿Cómo llegó a Chile?
-Yo soy un rebuscador de tus canciones...
-Es que has buscado en los quintos infiernos...¡es una cosa increíble! «Blanco»..., «todos los días se pinta de blanco, sale ala calle llena de colores y en cada minuto recibe un brochazo en la piel...».
-¿Quién es ese personaje?
-Uno mismo, creo yo. Como que uno nace puro, nace para el bien, neutro, y es el contacto con la vida lo que te va dibujando las características...
-Y te van dando cachetazos...
-Cachetazos, colores, en fin, de todo, ¿no?.
-«La vergüenza».
-Es lo que estábamos hablando. Es un canto a la dignidad del hombre, es más importante la dignidad que las posesiones materiales, que la tecnología, incluso que la vida: «si mi mundo fuera de ruinas intensas, tendría la vergüenza, a qué más». Yo no sé si en Chile se entiende lo mismo por vergüenza, para nosotros tener vergüenza es como ser dignos, no sólo estar apenados.
-«La fábula de los tres hermanos», con esa canción dejaste con insomnio a todos los niños, y a nosotros.
-Sí, es que es un juego con esas fábulas infantiles donde siempre hay una enseñanza obligatoria. Fue un poco pa'joder, pa'jugar. Pero yo veo una salida, los dos primeros hermanos son extremistas, el tercero ve la salida pero tiene que pagar su precio, queda bizco, pero es el que llega más lejos.
-«La maza».
-Es un poco la razón de ser artista, de su compromiso, que no se deja seducir por los artificios y superficialidades que suelen acompañar a algunas manifestaciones escénicas...
-¿La cantera es el pueblo?
-La cantera es donde se sacan los cantos, la maza es con que se golpea. Si no hubiera una cantera de donde sacar un producto, algo, para qué serviría la maza.
-Es decir que tú sacas tu canto de las vivencias del pueblo o podría o podría ser que la maza es la que moldea el mármol, es decir, que el cantor moldea la conciencia del pueblo...
-No no se me había ocurrido. Es al revés, lo primero.
-«La gaviota».
-Es la primera canción que hice después que volví de Angola. Se la hice a una mujer. Es un poco quien pasa por situaciones terribles en la vida y queda intacto de todo y de pronto lo más sublime, lo más ideal, lo más hermoso, es lo que justamente logra sacarte incólume. La gaviota es una mujer; es una mujer, no la mujer.
UNA CANCIÓN PARA CHILE
Le pido que me cante alguna canción nueva para publicarla en La Bicicleta. La idea no le gusta, pero se para a buscar la guitarra y me dice: «Coño, chico, esto lo voy a hacer por Chile». Y canta su ultima composición.
EL VIGÍA
Agua me pide el retoño
Que tuvo empezar amargo
Va a hacer falta un buen otoño
Tras un verano tan largo
El verde se esta secando
Y el viento sur se demora
Pero yo sigo esperando
Que lleguen cantando
La lluvia y mi hora.
Yo soy de un oficio viejo
Como el arroyo y el viento
Coma la bella, el espejo
Como el amor y el viento.
Yo sólo soy el vigía
Amigo del jardinero
con la pupila en el día
Que llegara el aguacero
Yo sólo soy un vigía
Amigo del jardinero.
ALMUERZO OFF DE RECORD
Después de la entrevista, bajamos juntos en el ascensor. Silvio me preguntó irónico si pensaba escribir un libro con una entrevista tan larga. En el hall del hotel lo esperaba alguien que me era conocido: Ricardo García, director del sello alerce (sello musical por el cual Silvio es difundido en Chile). Así fue como dos chilenos y un cubano salieron a buscar por Buenos Aires un buen restorán marisquero.
Lo primero que hace Silvio es pedir ostras, y luego anguilas al... que se yo. Me sentí con una falta de mundo atroz. Al final nos tentamos con una paella compartida.
Mientras más nos soltábamos y nos olvidábamos nuestros roles, la conversación se hacía más fluida y los temas más comunes. Hablamos de la comida, por supuesto, y yo comenté que la paella, para mí, era como un pecadito, porque soy naturista (pero no tonto). Silvio como que se ríe un poco de de esa onda y se acuerda de una frase de un escritor (no recuerda el nombre): «una noche -nos cuenta- estaban en casa de este escritor Sartre y Simone de Beauvoir, eran como las doce, y simone le dice a Sartre que deben irse pues él tenía que hacer mañana. El escritor comenta en el libro después: no me gusta la gente que se restringe a sí misma». Parece que la historia era una talla para mí.
Le pregunto por aquel proyecto de trabajar algunas canciones con García Márquez sobre Cien años de soledad. Me cuenta que García Márquez ya no se siente propietario de lo que escribió, que cualquiera puede trabajar sobre sus textos sin necesidad de preguntarle nada a él. El tema lo entusiasma: «en una entrevista -dice Silvio- García Márquez describe muy bien la independencia que puede adquirir un personaje respecto de su autor. Resulta que una noche, mientras escribía Cien años de soledad, se le ocurrió que remedios la Bella debía volar... y no volaba, y no volaba». Silvio se ríe con ganas de la anécdota y se entusiasma como un niño, suelto realmente suelto, sin defensas...
NOS VEREMOS EN CHILE UN DIA LUMINOSO
Lo vuelvo a ver unos días después, la noche del tercer recital en Obras. La presentación ha terminado, han sido tres largas y agotadoras horas para los cubanos que tienen la costumbre, además, de sandunguear hasta la cinco de la mañana. Llevan tres días en ese ritmo y se les nota en la cara. Son casi las dos de la mañana, hace media hora que termino el recital y algunas fans siguen esperando a la del camarin lápices en mano. Una, Más atrevida y con contactos, ha podido entrar y está dispuesta a seguir a Silvio... toda la noche.
Me acerco para despedirme, le digo que mañana vuelvo a Chile. Silvio me llama aparte -Las admiradoras reclaman, el productor le dice que hay que irse- y como si estuviéramos en el living de la casa, con todo el tiempo del mundo, manda saludos para Chile, que apenas lo dejen entrar va a venir, que le hubiera gustado conversar más, que las giras son así, pero que me siente como un amigo.
Cómo decirle en ese momento que para mí él lo es desde hace tiempo, que haberlo conocido me llenó de contradicciones, que comparto sus canciones y no algunas de sus ideas y que, claro, nos veremos otro dia en Chile, un día más luminoso, y seguiremos discutiendo. De eso se trata.»
Fonte: La Bicicleta
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